Con la ayuda del nuevo método terapéutico “EMDR”, los problemas mentales a menudo pueden curarse más rápidamente que con los medios tradicionales. La abreviatura esconde el término inglés “Eyemovement Desensitization and Reprocessing” (EMDR), que significa desensibilización y reprocesamiento mediante movimientos oculares. Según los expertos, este método ayuda a las personas especialmente después de crisis mentales y experiencias traumáticas como un aborto espontáneo, una muerte, una enfermedad grave o la pérdida del trabajo. Fue desarrollado hace unos años en el Mental Research Institute de California por la psicóloga Francine Shapiro. Actualmente también hay algunos terapeutas EMDR en España.
¿Cuáles son los conceptos básicos de EMDR?
Esta nueva dirección médica se basa en los resultados de la investigación sobre el cerebro: cada persona tiene dos hemisferios cerebrales con los que controla diferentes cosas. Una mitad es responsable de los sentimientos y la otra mitad de la mente. Nos sentimos más cómodos cuando las dos mitades funcionan en armonía entre sí. El estrés normal desaparece y dominamos las crisis mentales menores con confianza. Pero si nos sucede algo grave, nuestro cerebro toma una medida de emergencia: simplemente desconecta la mente y deja que las emociones tomen el control. Desafortunadamente, esto significa que ya no tenemos a nosotros mismos ni a la situación bajo control.
Esta condición generalmente no es permanente. Sin embargo, si la psique percibe el evento como particularmente grave, puede surgir un cableado incorrecto, por así decirlo: si se sufre un trauma grave, los malos recuerdos se almacenan en fragmentos en diferentes áreas del cerebro y, por lo tanto, no son accesibles adecuadamente. Estos fragmentos de memoria pueden atacarte una y otra vez en ocasiones apropiadas e inoportunas, haciendo que tu mente pierda el control. Por otro lado, en el procesamiento “exitoso” del trauma , el evento se recuerda como un todo con las imágenes, sentimientos, pensamientos y otras impresiones sensoriales asociadas. Luego queda grabado en la memoria como un acontecimiento del pasado que puede verse desde cierta distancia y que no desvía repetida e incontrolablemente todo el mundo emocional.
Los consejos bien intencionados no ayudan con las crisis mentales
Este suele ser el momento en que amigos bien intencionados nos dan buenos consejos como “¡El tiempo cura todas las heridas!” intenta ayudar. Cualquiera que sea un poco mayor sabe por experiencia propia que este dicho es definitivamente válido, pero en momentos de necesidad este conocimiento no nos ayuda en absoluto porque no lo sentimos. Los sentimientos no pueden ser persuadidos y la mente permanece apagada. Al mismo tiempo, muchas personas se avergüenzan de “simplemente no poder comportarse como una persona normal” en este momento.
Pero eso es exactamente lo que hacen, porque toda persona normal con un cerebro sano reacciona así. La amígdala de nuestro centro emocional es responsable de esto. Todos nuestros recuerdos emocionales están almacenados de forma indeleble en la amígdala. No pueden ser influenciados por nada, no pueden ser gritados, no pueden ser discutidos, no pueden ser silenciados, no pueden ser eliminados con una rabieta. Sean buenos o malos, son nuestros leales compañeros de por vida. La amígdala reacciona incluso a los olores y sonidos: si olemos el aroma que asociamos con un amor pasado, los viejos sentimientos resurgen. Quien ha sufrido un accidente se sobresalta ante determinados ruidos y revive las emociones de la situación.
¿Cómo se pueden curar las crisis mentales?
Aquí es donde entra en juego EMDR: se supone que nuestro cerebro emocional se calma en tiempos de crisis a través de los ojos, la piel y el estómago. El método parece simple, pero su efecto es difícil de explicar, aunque estos expertos psicólogos en Getafe nos señalan en qué consiste brevemente: el terapeuta mueve su mano rápidamente hacia adelante y hacia atrás delante de sus ojos, de izquierda a derecha. Mientras sigues la mano, piensas profundamente en el trauma que te está conmoviendo. A veces, el terapeuta alternativamente golpea sus manos o chasquea los dedos con fuerza frente a tus oídos. Esto debería activar ambos hemisferios del cerebro al mismo tiempo y los sentimientos deberían recuperar el contacto con la mente. El terapeuta repasará contigo la experiencia traumática, detalle por detalle.
Se sabe que también realizamos movimientos oculares similares durante el sueño en la fase REM (Rapid Eye Movement). Como resultado, asociamos nuevos sentimientos positivos con un evento negativo a través de las vías neuronales y, por lo tanto, procesamos los eventos del día durante la noche. Cuando estamos bajo un gran estrés psicológico, ya no podemos hacer esto. La mano del terapeuta en la sesión de EMDR imita los movimientos oculares nocturnos y tiene como objetivo estimular la autocuración del cerebro . Los investigadores aún no han podido explicar exactamente cómo funciona esto. Los movimientos oculares parecen reconectar los dos hemisferios del cerebro. Los sentimientos traumáticos pueden liberarse de su rigidez. De todas formas, en muchos casos debería haber mejoría tras tan solo una o dos sesiones.
La medicina tradicional china actúa de forma similar contra las crisis mentales
Hay algunas otras formas de activar ambos hemisferios del cerebro por igual: la Medicina Tradicional China (MTC) también ha informado de éxitos similares. La base del tratamiento es su idea de la energía vital Qi, que fluye a través de nuestro cuerpo en canales armoniosos (meridianos) cuando estamos sanos. Si estamos estresados o nuestra alma está enferma, el Qi no puede fluir adecuadamente y nuestra fuerza vital se bloquea en las vías del Qi.
Con la ayuda de la acupuntura, estos bloqueos se pueden resolver. Hay ciertos puntos en los meridianos que calman y armonizan la amígdala durante la ansiedad, estados de excitación y crisis mentales. Diez o doce tratamientos deberían devolverle al alma asustada la resistencia necesaria.
Correr ayuda a tu amígdala excitada
El ejercicio también tiene un efecto directo sobre la amígdala. Si estás en una crisis mental, tu amígdala reacciona como un centinela sorprendido: constantemente hace sonar una falsa alarma por puro pánico. Esto te lleva a estar constantemente sobreestimulado y reaccionar incluso ante las cosas más pequeñas como si fuera el fin del mundo. El cuerpo está inundado de hormonas del estrés, que pueden reducirse principalmente mediante el ejercicio.
Por eso, los expertos en síntomas de estrés postraumático recomiendan moverse mucho en caso de emergencia psicológica, ya que esto ralentiza la liberación de cortisol y norepinefrina y calma el hemisferio enojado del cerebro. Incluso si quisieras esconder la cabeza en la arena, preferirías huir de las sustancias nocivas que causan estrés.