Mejor que tratar una enfermedad, es prevenir el tenerla; por eso una de las indicaciones que dan los médicos en todas las ramas de la salud, incluyendo la odontología, es seguir todas las recomendaciones y tratamientos preventivos que se necesitan para evitar que tengamos problemas con nuestra salud en un futuro y mejoremos nuestra calidad de vida.
No obstante, muchos son los que no le prestan atención a esta parte del tratamiento de nuestra salud. Para que este no sea tu caso ni el de tu familia, te recordaremos la importancia de los tratamientos preventivos en el caso de los más pequeños de la casa y como llevarlos a cabo.
La importancia de los tratamientos dentales preventivos en la edad infantil
Como dijimos, el principal objetivo de este tipo de tratamientos es que se pueda mantener una buena salud bucal, lejos de problemas y molestias. Así, las primeras recomendaciones son la buena higiene oral, llevar una dieta equilibrada y acudir a revisiones periódicas al dentista.
No obstante, en muchos casos esto no es suficiente y también podría ser bueno incluir otros tratamientos preventivos con el fin de combatir la caries dental, como lo son los selladores de fisuras, el barniz y el gel de flúor. Esto, sobre todo, a los 4 primeros años tras la erupción de los molares que es cuando hay mayor riesgo de caries a ese nivel.
En esos casos, lo selladores están principalmente indicados en la población infantil para proteger las superficies oclusales, generalmente, de los molares definitivos y que se suelen recetar es en la edad infantil y no en la adulta, mientras que el barniz y el gel de flúor tópico están indicados tanto en población infantil como adulta, al haberse demostrado su eficacia independientemente de la edad.
La importancia de la salud bucodental en los niños
Así, también llegamos al punto en el que explicamos la importancia de hacer lo posible (y entre lo posible están los tratamientos preventivos) para mantener la salud bucal de los niños.
El Consejo General de Dentistas recomienda siempre llevar a los niños al dentista para sus revisiones periódicas de forma que no queden caries por tartar, no se produzcan otros problemas a nivel de la boca, que el dentista les vaya enseñando la forma correcta de cepillarse los dientes y también, los pequeños vayan adquiriendo el hábito de ir al odontólogo cada cierto tiempo y que lo puedan repetir ellos cuando estén más grandes.
Además, mantener una higiene dental adecuada también es una cuestión de ahorro; ahorro de tiempo, molestias y dinero. Pensemos que si evitamos que aparezcan problemas mayores y que si acudimos al dentista para que el pueda atacar cualquier problema que esté apareciendo desde una etapa temprana, estaremos ahorrando hasta 20 euros en tratamientos, que se irán volviendo más costosos y largos a medida que la enfermedad o la condición avanza y que además serán también cada vez más dolorosos para el paciente.
A continuación, hablaremos de los diferente tratamientos de prevención de salud bucal para niños.
El sellador de fisuras
Este tratamiento consiste en una capa de resina que se coloca en la superficie de masticación de los molares para prevenir la aparición de caries. De esta forma, después de ser aplicado, la fisura se convierte en una superficie lisa en la que es más difícil que crezcan las bacterias.
Este tratamiento es muy efectivo, puesto que ayuda a prevenir el 80% de las caries y dura entre unos 4 a 5 años, tiempo después del cual es bueno hacerles una revisión ya que podrían comenzar a perder material en el punto de la fisura y será necesario aplicar más sellador. No obstante, se estima que el 83% de los selladores continúan perfectamente retenidos a los 3 años de su aplicación.
El barniz y el gel de flúor
El siguiente tratamiento se trata de un barniz y un gel especial que el dentista aplica en la superficie de los dientes, sobre todo, en aquellas zonas en las que el cepillo no llega, y que ayuda a reducir el riesgo de padecer de caries en un 40% en pacientes con riesgo moderado o alto.
Para que esta función se mantenga siempre activa, es recomendable aplicarlo de forma periódica cada 4 a 6 meses, ya que el efecto de este flúor va disminuyendo con el tiempo. No obstante, tu medico te indicará la periodicidad con la que debes aplicarte el tratamiento dependido de tu nivel de riesgo en particular.
Lo mejor es que la ser tratamientos preventivos, son totalmente indoloros y son sencillos de aplicar, por lo que no pasarás demasiado tiempo en tu visita con el dentista, además de ser muy económicos.
Objetivos de la odontología preventiva
El Consejo General de Dentistas describe los objetivos de las técnicas preventivas de la siguiente forma:
- Detección precoz de cualquier anomalía en encías, dientes y/o mucosa
- Comprobación del correcto recambio dentario
- Ayuda en el aprendizaje de una correcta técnica de cepillado
Todo esto de forma que se logre mantener una correcta salud bucal, que además influirá en el paciente de la siguiente manera:
- Masticación: al tener una buena alineación, se mastica mejor y se obtienen más nutrientes de los alimentos que se ingieren.
- Fonética: se puede hablar más rápido y mejor.
- Buena salud en general: esto porque algunas enfermedades bucales pueden llegar a afectar también el buen funcionamiento de otras pares de nuestro organismo.
- Estética: al tener una boca sana con la que podemos sonreír sin limitaciones y sintiéndonos cómodos creamos mejores interacciones sociales y por lo tanto reforzamos y aumentamos nuestro autoestima y nuestra calidad de vida.
- Económico: al prevenir la aparición de problemas bucales que puedan pasar a mayores y necesitar tratamientos más complejos y costosos, estamos ahorrando dinero en nuestra salud bucal.
¿Qué papel tienen los padres sobre la odontología preventiva?
Como nuestros hijos aún están muy pequeños durante la etapa infantil, está en nuestras manos, nosotros como adultos, el hacer que todas las medidas de prevención para la salud bucal se cumplan.
Así, los padres tienen un papel super importante para que los niños adquieran unos buenos hábitos de cepillado y de cuidado dental, además de que aprendan a alimentarse de la manera más saludable para su organismo y para su dentadura.
Por eso, los padres deben:
- Limpiar las encías de los bebes con una gasa o con un dedal de silicona.
- Los primeros dientes que aparezcan en el niño deben asearse con un cepillo de cabezal pequeño y suave que se debe pasar por las encías, dientes, lengua, mejillas y paladar; y así hasta que el niño cumpla los 8 años de edad.
- A los 8 años, el niño estará lo suficientemente grande para hacer su cepillado por si solo, pero los padres deberán supervisar que lo haga y cómo lo hace muy de cerca, hasta que cumplan los 10 o 12 años. Algunos padres no prestan tanta atención a los dientes de leche porque al final estos van a caerse, pero esto es un grave error, ya que más bien estos dientes tiene un papel muy importante en un buen desarrollo oral, afectando a los dientes definitivos cuando estos aparecen.
- A partir de los 2 años, los padres deben retirar el uso de chupetes, evitar la succión del dedo, beber con biberón, etc. Ya que estos son malos hábitos que generarán problemas de maloclusión en el futuro.
- Se debe comenzar a utilizar la pasta con flúor a partir de los 3 años, además de llevar a los niños a una aplicación anual en la clínica dental con el especialista de confianza. Y es que recuerda que el flúor es un mineral imprescindible para los dientes, ya que evita la aparición de caries y fortalece el esmalte contra los ataques de los ácidos de los alimentos.
- También se debe ir incorporando el uso del hilo dental y colutorios, parte de una buena rutina de salud oral, dependiendo de la edad del niño.
- Llevar a los niños a consulta al menos una vez al año y mejor si vamos en familia, ya que es una regla que aplica para todas las edades. De esta forma se garantiza que el dentista pueda atajar cualquier problema en su primera etapa. No obstante, el objetivo de llevarlo con el odontopediatra también será:
- Que el niño pierda el miedo al dentista.
- Que reciba un control preventivo y corrección de malos hábitos(chupete, morder el labio, etc.).
- Que este ayude a resolver cualquier duda tanto de los padres como de los niños.
- Los padres deben procurar que sus hijos tengan una dieta saludable para su organismo y su dentadura. Por ejemplo, se debe evitar lo más posible alimentos azucarados, como dulces o caramelos que podrían ocasionar caries en los dientes, además de otros alimentos que puedan mancharlos.
- Por último, lo más importante es que los niños reciban un refuerzo positivo por parte de sus padres en cuanto a la salud bucal, enseñándoles que es importante cuidarla, la manera de hacerlo, creando rutinas acudiendo con ellos al dentista para que pierdan el miedo y entiendan que no pueden dejar de ir una vez esté en ellos tomar la decisión, siendo más adultos.