Cómo saber si un niño es superdotado

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El especialista en Pedagogía Terapéutica trabaja con alumnos que poseen necesidades educativas especiales en diferentes ámbitos. Tanto si presentan dificultades por deficiencias visuales, auditivas, motoras o mentales, como si son alumnos superdotados o tienen problemas de comportamiento.

Muchas veces, los síntomas que presenta un niño con un cociente de inteligencia superior a 130 se confunden con la hiperactividad. «Cuando son pequeños, muchos padres vienen explicando que tienen un hijo diferente, que no se relaciona bien, que tiene un alto nivel de agresividad… Cuando son un poco más mayores, nos explican que presentan síntomas incluso de depresión y, en un porcentaje alarmantemente elevado, incluso de fracaso escolar», explica Carmen Sanz, psicóloga clínica experta en superdotados y presidenta de El Mundo del Superdotado (EMS).

«Todo esto es normal. Entienden todo más rápido que los demás y a veces se aburren en clase. Cuando ya son más mayores se creen Steve Jobs y piensan incluso que pueden dejar el colegio», afirma la experta.

Los niños superdotados empiezan hablar casi con fluidez, ya que la sintaxis es correcta y el vocabulario es rico y elaborado. Estos pequeños lo leen todo, como las cajas de cereales, los nombres de los bares, los letreros de las tiendas…

«Es verdad que se puede sospechar muy pronto, y que hasta nuestra consulta han llegado niños de tres años, pero es a partir de los cinco cuando realmente podemos empezar a hablar de un diagnóstico real», expone Sanz.

Los test existen, pero no son fiables antes de esa fecha. Un niño superdotado tiene el mismo cociente de inteligencia que a los 30, los 40 o los 60. El psicólogo realiza al niño varios test para saber cuál es su inteligencia verbal, manipulativa, y de velocidad en el procesamiento de datos.

Los bebés superdotados son muy demandantes, tienen un alto nivel de coordinación psicomotriz, levantan la cabeza antes del mes de vida, dicen su primera palabra hacia los 5 meses y a los 6 ya responden a su nombre.

Estos niños en 3° o 4º de la ESO empiezan a mostrar problemas de autoestima, falta de habilidades sociales, de motivación, y una baja resistencia a la frustración. Es habitual que tengan rabietas descomunales, muestran de forma intensa una enorme capacidad empática y un radical sentido de la justicia.

También presentan una sensibilidad altísima y una capacidad de abstracción. Además, cuestionan la normas si éstas no están argumentadas.

Tienen memoria prodigiosa y memoria eidética, es decir, que recuerdan imágenes, sonidos y objetos con un nivel de detalle muy preciso. Son muy autocríticos y perfeccionistas. Incluso, a los 3 años, muchos de ellos ya leen y escriben sin haber aprendizajes previos.

El diario El Confidencial informa que
«los niños superdotados son bastante asociales. No les gusta compartir sus momentos con nadie y a menudo prefieren relacionarse con gente mayor. En muchos casos sienten que los niños de su edad no les comprenden y prefieren abstraerse».

La mayoría presentan un fracaso escolar, porque los niños con altas capacidades necesitan una educación especial. «En este momento las únicas soluciones existentes son acelerar el curso a estos niños, la adaptación curricular, o los cursos especiales, y esto es poco. En este país existen 200.000 niños superdotados que no están ni diagnosticados ni escolarizados como tales. Estamos perdiendo talento y eso es vergonzoso», explica la psicóloga.

Muchos directivos afirman que en sus colegios no hay niños superdotados, pero eso imposible, porque estadísticamente hay un 2% de niños superdotados en cualquier colegio y en cualquier área educativa.

El niño de 2 años que tiene un coeficiente intelectual de 141

Con solo dos años de edad, el pequeño Adam Kirby tiene un coeficiente intelectual de 141, superior al de Barack Obama o el primer ministro británico, David Cameron.

Adam conoce la tabla periódica, domina las tablas de multiplicar hasta la del diez, es capaz de deletrear cien palabras, ha conseguido montar un puzzle diseñado para adultos y lee libros para niños de siete años de edad.

Los padres de Kirby explican que «mientras que la mayoría de los niños simplemente estaban aprendiendo a ponerse de pie o a gatear, Adam estaba leyendo libros. Su desarrollo ha sido increíblemente rápido».

¿Por qué es importante el profesor de Pedagogía Terapéutica?

Los especialistas en Pedagogía Terapéutica (PT) son los encargados de ofrecer atención especializada a los niños con necesidades educativas especiales.

Laura García, preparador de oposiciones de Pedagogía Terapéutica, explica que es importante que estos niños se diagnostiquen y reciban una enseñanza especial.

Los maestros de Pedagogía Terapéutica pueden trabajar en el primer o segundo ciclo de Educación Infantil y en la etapa de Primaria. También pueden ejercer la profesión en centros de educación especial y en aulas hospitalarias.

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