Entrenador personal o gimnasio

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No es lo mismo, y no es comparable, ni en precio ni en beneficios ni en los servicios que consigues así que pensar en los pros y los contras de un entrenador personal o un gimnasio es complicado. No obstante, y por intentar ayudar, hemos hablado con Pau Sala, entrenador personal, y nos ha ofrecido algunas claves específicas de su trabajo que los gimnasios no aportan.

Hoy con esta información y la que nos ofrecen otros blogs especializados y magazines como Woman´s Health, os traemos algunas claves para que elijáis con cabeza.

Gimnasios

Ampliarás tus amistades. Sobre todo si vas a las clases que ponen en el gimnasio a tu disposición. Además de hacer deporte de forma divertida y en grupo, lo que favorecerá que entréis en contacto unos con otros, puedes encontrar gente con gustos afines a los tuyos o encontrar a alguien que te ayude a crear esa rutina de deporte buscada, convirtiéndose en una motivación para ir al gimnasio.

Descubrirás nuevas disciplinas. De nuevo, gracias a las clases del gimnasio, entre las que podrás ir variando y descubriendo cuál es la que más se adapta a tus necesidades y gustos.

Sin cita. Puedes ir cuando más te convenga, en función de tus horarios y sin necesidad de concertar una cita con otra persona para poder entrenar. Además, cada vez hay más gimnasios que ofrecen un horario más amplio, pudiendo acudir desde primera hora de la mañana hasta prácticamente de madrugada y, a veces, hasta 24 horas. Y algo similar ocurre con las clases, estas suelen estar disponibles en varias horas diferentes días.

Tiempo para desconectar. Cuando hacemos deporte buscamos liberar ansiedades y el estrés contenido, y parte de eso, en muchas ocasiones se consigue gracias a que el tiempo del gimnasio es un momento perfecto para sumirnos en nuestros pensamientos y aislarnos con los

Demasiada gente. En ciertos momentos del día, especialmente cuando normalmente la gente encuentra tiempo libre, el gimnasio puede llenarse, lo que se traduce en no encontrar sitio en las clases y hasta máquinas libres. Y de la disponibilidad de los entrenadores mejor no hablar.

La falta de motivación. Al ir por nuestra cuenta y no haber fijado una cita previa, no hay nada que nos obligue a coger la mochila y emprender el camino hacia el gimnasio cada mañana o tarde.

La permanencia. En la mayoría de los gimnasios, las ofertas de matriculación suelen llevar consigo una letra pequeña que te une al gimnasio durante cierto tiempo. Al final, lo que esto provoca si el gimnasio no nos convence no es solo la pérdida de dinero sino el dejar de hacer deporte.

No saber si estamos haciendo el ejercicio correctamente. Al no ser expertas en la materia, puede que, o bien, los ejercicios que practicamos no sean tan efectivos como deberían o, incluso, lesionarnos por forzarnos en exceso.

Entrenador personal

Atención personalizada. Al ser la única alumna, la atención se centrará en ti. Eso significa que además de enseñarnos correctamente a cada uno cómo realizar los ejercicios que propone, esto serán pensados y adaptados específicamente al alumno en cuestión, viendo qué es lo que le conviene en cada momento, la intensidad que necesita, etc.

Mayores garantías de éxito. Ya que se trata de un experto y que los ejercicios se adaptan a las necesidades y objetivos de cada uno, será más fácil llegar a ellos.

La motivación. El quedar con nuestro entrenador, la animación que este da en cada clase y saber que estamos realizando un plan de entrenamiento, hará que nos veamos más comprometidas con la tarea.

La inversión económica que supone. Disfrutar de una atención personalizada y unos ejercicios específicos para nosotras solas supondrá un mayor coste que si una decide ir por su cuenta al gimnasio sin ningún tipo de asesoramiento. De hecho, en los gimnasios suele ser un gasto adicional no incluido en la matrícula. Y más ahora que tener un entrenador personal está de actualidad.

Dar con un falso experto. Por eso mismo, por el hecho de estar de moda, muchas veces se cae en el error de contratar a un entrenador por su número de seguidores en las redes sociales o porque haya trabajado con influencers. Es fundamental fijarse en su experiencia.

Los horarios. A diferencia del gimnasio, en este caso habrá que compaginar nuestros horarios con los de nuestro entrenador, tarea que no resulta nada fácil. Aunque lo ideal es fijar una hora concreta para además de crear rutina conseguir adaptarse el uno al otro lo mejor posible.

¿Y tú, qué prefieres?

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